
Siempre asociamos rezar, de la misma forma que Orar, pero realmente no es lo mismo, y eso debemos entender, porque Dios quiere que oremos a él y recemos.
Rezar, en términos generales, es repetir las mismas palabras u oraciones cada vez, algo así como aprenderse algún párrafo de palabras y repetirlo todo en nombre de Dios, no es que este mal, solo que de corazón no estamos diciendo las cosas, estamos es haciendo lo que todos hacen.
Orar a Dios, es buscar en nuestros corazones un espacio, que solo llene el Señor con su presencia, decir palabras que salgan de nuestra fe hacia él, pedir perdón, buscando su ayuda o pidiendo por algo en particular. Necesariamente no repitiendo todo, solo dejando salir lo que tenemos para decir, algo así como tratando que Dios entienda nuestras súplicas.
Orar y rezar son cosas para Dios, pero una se hace de voluntad propia y otra siguiendo las mismas oraciones.
¿Podemos orar y rezar?
Sí, claro que si, no estaría mal que una persona repita la oración que Cristo nos enseñó, "El Padre Nuestro" y seguidamente orar al Señor con palabras propias y sinceras, la intención de orar es la que vale, Dios busca eso, que cuando oremos y recemos lo hagamos de corazón.
¡Qué quiere Dios! ¿Qué oremos o que recemos?
Dios quiere que entendamos que él es el único ser, que debemos agradecer por las cosas, por tanto, rezando u orando a él, el significado está en buscarle y saber que le necesitamos. Podemos rezar y orarle, si todo va hacia Dios.
Orar y rezar
Es buscar a Dios, es hallarle...
Entonces me invocarás, y andarás en mis caminos y oraras a mí, y yo los oiré. (Jeremías, capítulo 29, versículo 12).
Dios quiere que su pueblo le ore, le llame y proclame todo a su nombre. Orar es sinónimo de encontrase con Dios, de estar a su disposición, y que él escuche lo que de corazón decimos.
Las intenciones son las mismas, buscar a Nuestro Señor. Encontrarle, solo que debemos hacer lo correcto cuando queremos rezarle o cuando queremos orarle. Trata de rezar cuando quieras que él escuche todo lo que quieres rezar a su nombre, trata de orar cuando tú corazón crea que es el momento de decirle a Dios las palabras que quieras que él te escuche. No es difícil de entender, reza con fe, ora con fe.
Siempre que queramos orar o rezar, debemos hacerlo no solo para pedir deseos, o para que nos dé algo, debemos agradecerle por los días, por la vida, por el perdón que necesitamos a diario por tantos malos actos impuros que caemos constantemente, en fin, orando y rezando se llega a Dios.
Más tú, cuando quieras llegar al Padre, entra en tu cuarto, y cierra tu puerta, ora al Señor que está en secreto; y tu Padre que ve en secreto, te pagará en público. (Mateo, capítulo 6, versículo 6).
Así es Dios, y así debemos orar y rezar, en secreto, debemos hacerlo para nosotros, porque es al Señor que queremos agradarle con nuestras suplicas y oraciones. Dios nos recompensará por todos esos actos que con intenciones nobles se hacen. No todos deben saber que tú oras o rezas, pero si todos debemos orar y rezar.